EARTHING day 1:


ACCIÓN: Por la mañana, corre las cortinas pronto, sal al balcón o a la ventana. Si hay luz, deja que te dé en los ojos. Enfoca la mirada lo más lejos posible, respira hondo un par de veces. Acabas de activarte. Ese día proponte usar menos el móvil y no ver la tele a partir de la puesta de sol.


Da un paseo pequeño antes de comer, por el camino, recoge algún plástico que no hayas tirado tú.


REACCIÓN: La luz artificial tiene sólo 140 años (1878 – Thomas Alva Edison). Hasta entonces nuestro organismo estaba regulado únicamente por la luz solar, que marcaba la diferencia entre la noche y el día, lámparas de fuego y velas (luz natural, de espectro continuo, cálida y pobre en luz azul). Los dispositivos electrónicos y las luces frías que tanto se usan en ciudades alteran los ritmos circadianos propios (engañan al cerebro acerca de cuándo es de noche y de día).


Perturbar y limitar el descanso nocturno es negativo para las funciones cerebrales y para la recuperación del organismo, y nos hace arrastrar algo de somnolencia para el resto del día. Exponerte a la luz solar al levantarse enciende los interruptores hormonales. No exponerte a luz azul cuando ya es de noche, nos induce a ir “apagando” funciones y lograr un buen descanso.


Sobre esto añadiremos mucha información para ayudar a ese sincronismo natural, pero vayamos poco a poco para no saturar.


¿Lo pruebas? Comparte si te gusta.


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